sábado, 27 de septiembre de 2014

Sentimientos

Hablar de sentimientos es algo muy complicado. Mirar a la cara a alguien y decirle exactamente lo que estás sintiendo es difícil y hace falta mucho valor. O mucha habilidad. Y yo voy escasa de ambos.
En cambio, escribir sobre sentimientos es sencillo. Sólo hay que coger papel y boli (o teclado) y escribir lo que se te pasa por la cabeza. No hace falta ordenarlo o corregirlo. Ni siquiera tiene que sonar bonito. O tener una sintaxis apropiada. Lo único que tiene que haber son sentimientos. Tienes que plasmar lo que sientes para que cuando otra persona lo lea pueda sentir tu dolor, tu amor, tu ira... lo que sea.
En mi caso yo no escribo mis sentimientos para los demás. Lo hago para que cuando necesite recordar lo encuentre escrito y así vuelva a sentir lo de entonces. O recuerde por qué no debo hacer algo. O por qué debo luchar.
En este caso lo que debo recordar es que intentar no hacer daño a alguien por el simple hecho de quererlo no es la mejor idea. Quizá sea mejor la sinceridad y la empatía, antes que subestimar su fuerza. Yo fui cobarde y me equivoqué. Y ahora pago el error. O quizá tenía tanto miedo a la culpabilidad y al remordimiento que prefiero ser la víctima y no el verdugo. Quizá...
Por otra parte... ¿habría cambiado algo? Si he de ser sincera lo dudo. Los hechos serían los mismos. Lo único distinto serían algunos sentimientos momentáneos, pero al final... sería lo mismo, creo. Eso espero.
Probablemente debería intentar corregirme y decir las cosas, enfrentarme a los sentimientos y hacer preguntas aunque tenga miedo de las respuestas. Espero que no sea demasiado tarde para empezar... Si lo consigo o no está por verse...