No siempre la esperanza es la última opción

Pasan los días y se notan como si fueran años.
Las horas se hacen largas y pesadas.
Las sonrisas son cada vez más forzadas, más complicadas.
La gente va y viene, todos pretenden ser más de lo que fueron.

Solo la duda y el temor están presentes.
La esperanza se sostiene como un sueño antes de despertar.
Las dudas se encuentran entre las sombras, cada vez más cerca.
Los temores se hacen cada vez más reales.
Ni siquiera los sueños son profundos como antes.

Y así pasa y pasa el tiempo.
Y así sigue y sigue la vida.
Y así dura y dura la espera.

Porque la ilusión.
Porque la ingenuidad.
Porque la esperanza se mantendrán.

No hará nada estúpido, sabe que tiene que volver...

Andares pesados y lentos, desganados. Paseos son rumbo y cabizbajos. Contestaciones breves y la mínima expresión en su tono. Son la única muestra de su dolor.
Ella muestra su miedo. Tiembla su voz y su mirada parece enseñar el dolor que solo siente una madre. Los años pasan por ella más rápido de lo que nunca debería ocurrir. Intenta seguir y no dudar pero su mente no deja de mostrarle las oscuras posibilidades.
Las lágrimas siempre a punto. El miedo que le hace buscar información ansiosa. Ese movimiento nervioso. La necesidad de mantenerse ocupada. Su mujer que aún no lo es y no sabe cuánto miedo debe tener.
El vacío. La ausencia de sentimientos. La frialdad. La soledad. ¿Cómo temer algo que no puedes creer? ¿Cómo enfrentarte al miedo cuándo todo está esperando?

Donde empiezan los sueños

Arrogancia, lokura, miedo.
el principe pisa a sus subditos que luchan por sobrevivir a su lado.
Orgullo, hipocresía, dolor.
porké miras por encima del hombro? akaso te krees mejor ke yo?
Sobervia, lujuria, apatía.
miradas cruzadas con sonrisas olvidadas por ambos. solo se puede mirar. el principe inalcanzable para la kriada...
...
Se miran se desean cayan las palabras que salen de sus bokas en sueños. Pensamientos contrapuestos y mezklados que provocan un remolino que amenaza con absorberlos. Las mariposas revolotean en su estómago, las arañas crean su tela que les une y separa una y otra vez, cruzando sus kaminos y abriendo nuevas puertas que volverán a cerrarse. Una mirada perdida, una sonrisa olvidada, una camisa que quedó atrás y un sofá sin estrenar...

Atlantia

Durante miles de años los Seres Humanos hemos podido disfrutar del mejor regalo que los Dioses dieron jamás a ningún ser vivo: la brisa, el viento, el hermano Sol y la hermana Luna, campos y praderas donde ver crecer a nuestros hijos, amaneceres bañados con el perfume que estornudan las flores en primavera, puestas de sol decoradas con los sueños aún por conseguir y, aunque parezca mentira, inteligencia.
Pero el Hombre Blanco despreció aquel tesoro y a medida que la vida le sonreía él le contestaba dando patadas al destino.
Si alguien lee esta carta no olvide que el fin de esta civilización se debió al egoísmo, codicia e incultura de la raza Humana.
Los Hombres ya no somos mamíferos, el Ser Humano no se convirtió en depredador, la raza Humana somos, simplemente, un virus: matamos, crecemos y nos multiplicamos. Por eso nos extinguimos, por eso las aguas se tragaron nuestra civilización, la verdadera Atlántida éramos nosotros.
Por eso dejo escrita esta nota, para formas de vida inteligentes venideras.
Cuando los hombres escupen al suelo, se escupen a si mismos.

* pupúm pupúm pupúm pupúm pupúm pupúm pupúm pupúm pupúm pupúm piiiiiiiiiiiiiiiiiiii_________*