domingo, 26 de junio de 2011

Akasha, cazavampiros (esbozo 1)

Era la noche de las brujas. La noche perfecta para terminar el trabajo. Tanto fuego y tanta madera juntas me producía una excitación especial.
Después de terminar con este tengo ganas de más, claro que yo siempre quiero más...Odio cuando voy en busca de un vampiro esperando uno de los grandes y me encuentro con un parásito sin interés, casi me dan ganas de dejarlo vivo, aunque rápido se me pasan las ganas. Y aún por encima me llenó de cenizas mis pantalones nuevos.
Que por cierto, son uno pantalones mucho más eficaces de lo que parecen, todos ajustados como una piel sobre otra. Nunca entenderé porqué la gente no se pone ropa de cuero, si una vez que te acostumbras es lo mejor que hay y muy resistente si sabes que vas a tener que luchar...contra algo.
En fin, para saciar las ganas a falta de algo mejor me voy a buscar más hogueras, algún día les preguntaré porqué les gusta tanto jugar cerca de sus puntos débiles...


Con el viento agitando su melena cobriza mientras atravesaba la oscura y bulliciosa ciudad en una Harley ligeramente adaptada a sus propósitos, Akasha buscaba alguna zona especial, dónde podría encontrar alguna presa.
Parecía apropiado elegir la hoguera del Matadero para sus propósitos. Y una vez allí no le resultó difícil encontrarlos, eran 3 y no parecían demasiado agobiados con que alguien viniera tras ellos. Cómo si tuvieran derecho a existir. De hecho....era el momento perfecto, al fin y al cabo parecían acorralar a una chica.

Mira tú, las dos cosas que me apetecían están juntas, solo tengo que terminar rápido con ellos y luego nos iremos a tomar algo para empezar. Hoy va a ser una buena noche.
Hey, Lily, lo pasas bien? Estás muy guapa chica, aunque pareces agobiada
¡Akasha! podrías quitarme esto de encima, por favor?
Por supuesto.
Cómo me gusta zurrar a un par de tíos estúpidos que aún por encima pretendían levantarme a mi chica...

Después de un par de minutos los susodichos estaban con sus cabezas cortadas y ardiendo en la hoguera, ahora un poco más alta que antes. Y los rizos negros de Lilith brillaban contra el fuego de la hoguera mientras Akasha la cogía para darle un adelanto de lo que se encontraría en lo que quedaba de noche.
Juntas subieron a la Harley después de que Akasha limpiara el hacha que previamente usó y la guardara en su oculto lugar. Y una delante de la otra se perdieron entre las sombras de la ciudad...

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