miércoles, 22 de octubre de 2014

Cosas que quise decirte

y que probablemente aún quiero decirte; pero nunca lo haré. A lo mejor, algún día, te pregunto si quieres saber o prefieres vivir en tu mundo de oscura ilusión. Y ya tú decidirás. Pero por ahora con esto tendrá que ser suficiente para mí.
También puede ser que te dediques a leer esto, en cuyo caso, la culpa es tuya, por cotillear lo que ya no te pertenece. Pero si lo lees... estaría bien recibir algún tipo de respuesta o algo, para que no sea una conversación unilateral (seguiría siendo una conversación?). Para qué me engaño, esto es un blog, la gracia es que sea unilateral. A veces mis propias contradicciones absurdas me sorprenden hasta a mí. En fin.
La cuestión es que me gustaría saber cuándo (cuándo empezó a terminar?) y cómo coño fue el proceso. Es curiosidad morbosa. También me gustaría llamarte cobarde. Cobarde por ser exactamente como eres. Cobarde por no dar nada de ti y pensar que eres al que hacen daño. Cobarde porque lo digo yo. Y punto.
Y ya, no quiero escribir más. Dentro de un tiempo veré esto y me sentiré avergonzada. Y frustrada, por no contar las cosas como son. Pero es lo que hay. En algún momento debería volver al mundo de las metáforas y dejar las hipérboles.
Pues eso. Ya. Que te vaya bonito. Adiós. Let me rest in peace...

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