jueves, 5 de marzo de 2015

Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos...

En uno de estos días de bajón lacrimógeno, lo que me planteo ya no son los errores de mi vida sentimental, errores de los que no fui consciente hasta que ya era demasiado tarde y que no fueron únicamente míos. No, no es eso lo que pienso. Lo que me planteo es... ¿por qué al estar ahora mismo aquí no me siento como si este fuera mi lugar? Llevo tantos años luchando de una forma u otra, tanto tiempo soñando con qué haría cuando fuera mayor y ahora... ahora... ahora no sé qué es lo que quiero. Es decir, estudié una carrera, que por cierto era la carrera que soñaba desde... siempre. Desde la primera vez que vi Liberad a Willy. Y Tiburón. Y desde que me estudié los huesos del cuerpo humano. Y desde que me regalaron mi primer libro sobre mariquitas y su ciclo vital. Pero resulta que la carrera me costó sudor y lágrimas. Ansiedad. Estrés. Enfado. Orgullo, Vergüenza. Frustración. Pero era feliz, fui muy, muy feliz en esos años, pese a todo. Terminé y decidí cuál quería que fuera mi especialidad. Así que allí me fui. Y ahí aún sabía que quería no sólo ser bióloga. También antropóloga y eso me hacía feliz, me sentía muy capaz. Y entonces me dijeron que el trabajo que quería hacer no era posible. Y dije, bueno, siempre has querido seguir estudiando así que haz lo que siempre has querido, ya que puedes. Y me pongo a hacer una tesis. Y está bien. Y tengo apoyo. Y todo se hunde. Y nada es como debería. La gente se va. Me rompo. Me hundo. Nadie es suficiente. Nada de lo que hago es suficiente. Me siento incompleta e inútil. Me siento insuficiente. Da igual cuanto me esfuerce, nunca llegaré a pasar del aprobado. La constancia se escapa. Y me puede el peso de todo lo que me rodea. Me agobia el vacío. ¿Qué hago aquí? ¿Dónde está mi lugar? ¿Cómo puedo volver a sentirme feliz y satisfecha conmigo misma?
No sé la razón por la que lucho. Por la que hago que otros se sacrifiquen para ayudarme. No sé qué voy a conseguir con esto. Creo que debería buscar la respuesta fácil: un trabajo, un sueldo, una casa propia, una vida estable y tranquila. Quizá dar ese paso sea la solución. Dejarlo todo, dar la vuelta y empezar de cero. Y dejar de aspirar a destacar cuando lo único que puedo hacer es ser una más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario