sábado, 14 de febrero de 2015

Como volver al hogar.

Ver que querías quedarte esa noche conmigo fue una sensación magnífica, sentí un profundo alivio porque no fui yo la única que sintió eso. Volver a tenerte en mis brazos, en mi cama, fue como volver al hogar. Hubo un momento de tanto sentimiento que no sabía si reír o llorar. Sólo podía agarrarme a ti y esperar a que se calmaran un poco nuestros corazones. Todo fue lo mismo y diferente. No fue cuestión de pasión incontrolada. De deseo. Ni siquiera fue una cuestión de amor. Sólo fue la sensación de que era lo adecuado. Era tan fácil volver a estar así que parecía erróneo no quererlo. Todo hizo clic en mi cabeza. No es más que antes, no es distinto. Es lo que es.

Me gustan las cosas como están, me gusta tenerte cerca sin presión, me gusta saber que estaremos en la vida del otro durante todo el tiempo que queramos. Me gusta no odiarte, me gusta que me gustes. Supongo que me gusta que de vez en cuando podamos estar juntos. Y me gustaría que el sentimiento fuera mutuo, aunque supongo que no volveré a estar segura de eso. Ya se verá. 

Algunos dirán que me conformo con poco. Que no deberíamos hacer las cosas así. Que yo no debería permitirlo o quererlo. Que es un error. Pero es lo que siento y lo que quiero. Y si voy a equivocarme que sea por decisión propia y conocimiento de causa. Y eso es lo que es. Si me caigo, me levantaré, igual que tú. Lo único que siempre te pediré es respeto y sinceridad. Mientras, yo te daré todo lo que pueda darte. Seguiré ahí por ti mientras pueda, mientras se me permita, mientras quiera. Porque eres parte de mi hogar y me gusta mi vida cuando tú estás cerca. Así que no te vayas de ella, vale?

No hay comentarios:

Publicar un comentario